Trad&edición por G.Corpus
Centro de Estudios Fe Bíblica.
En una ocasión Rabbi Eleazar hijo de Simeón venía de Migdal Gedor, de la casa de su maestro.
Venia montando cómodamente en su burro por la orilla del rio y se sentía feliz y jubiloso porque había estudiado mucha Torah (Instrucción).
Allí se encontró casualmente un hombre excesivamente feo quien lo saludó, “Paz sea sobre ti, rabbi.”
El, sin embargo, no devolvió el saludo, en lugar le dijo: “Raca (cabeza hueca o bueno para nada) que feo eres! Son en tu pueblo tan feos como tú?”
El hombre respondió: No lo sé, pero ve y di al artesano que me hizo, ‘Cuan feo es el vaso que has hecho’”.
Cuando R. Eleazar se dio cuenta de que había pecado, bajó de su burro y se postró delante del hombre y le dijo: “Me someto a ti, perdóname!”
Las oportunidades del estudiante en educación y capacidad superior financiera, excedían por mucho a las del jornalero quien había trabajado duro todo el día para sobrevivir.
Pero, quién mostró mayor sabiduría???
El cumplimiento de la Torah en el estudio, interpretación y entendimiento, de poco sirve si no se vive y actua consecuentemente o en correspondencia.